Charro On The Road se convierte en miembro del Salón de la Fama de Texas

La silueta de un hombre parado encima de un caballo, balanceando una cuerda. La silueta de un hombre parado encima de un caballo, balanceando una cuerda.

Tomás Garcilazo ha pasado más de 35 años perfeccionando y realizando el arte atemporal de la Charrería, una tradición que encarna el alma de la herencia y la equitación mexicanas. Su viaje comenzó cuando era un niño, cuando cogió por primera vez una cuerda con sólo cuatro años. A la edad de nueve años, actuó para un candidato presidencial mexicano, lo que despertó el sueño de utilizar sus habilidades y su oficio para conocer el mundo.

Un hombre vestido con sombrero y traje tradicional de Charro poniéndose una chaqueta frente a un caballo y de pie junto a un remolque para caballos. Un hombre vestido con sombrero y traje tradicional de Charro poniéndose una chaqueta frente a un caballo y de pie junto a un remolque para caballos.

Cuando Tomás llegó por primera vez a Estados Unidos, sus objetivos eran simples: quedarse por un año, ahorrar suficiente dinero para un automóvil y regresar a casa. Pero cuando comenzó a actuar en rodeos, se dio cuenta de que su viaje apenas comenzaba. La gira con el legendario Antonio Aguilar encendió una pasión por alcanzar nuevas alturas, lo que lo llevó a actuar en Broadway, en Disneyland París y como parte del icónico Buffalo Bill's Wild West Show.

Tomas viajó por toda Europa, cautivando al público con su habilidad y dedicación a su oficio hasta que un encuentro casual con un ejecutivo de la Asociación de Vaqueros de Rodeo Profesional (PRCA) abrió la puerta a un nuevo capítulo. Fue invitado a actuar en las Ceremonias de Apertura de las Finales Nacionales de Rodeo (NFR) en Las Vegas, donde su talento fue reconocido y celebrado en uno de los escenarios más grandes del rodeo. A partir de ahí, Tomás obtuvo su tarjeta PRCA y ahora realiza giras por todo Estados Unidos, representando con orgullo el legado del charro en arenas y rodeos de todo el país.

Un hombre y su hijo practicando el arte de la Charrería. Un hombre y su hijo practicando el arte de la Charrería.

El viaje de Tomas es de perseverancia, pasión y respeto por la tradición. Su historia hace eco de los valores de las botas Tony Lama: elaboradas con cuidado, arraigadas en la herencia y hechas para durar. Tomas honra la historia de su oficio y allana el camino para el futuro. Lleva el peso de generaciones de charros que lo precedieron, una tradición que abarca más de 500 años, y está decidido a garantizar que no se pierda en el tiempo.

Para Tomas, la familia está en el centro de todo lo que hace. Su mayor orgullo proviene de compartir su pasión con sus hijos y actuar junto a ellos. Al enseñarle a su hijo, Louis, las mismas habilidades transmitidas a través de su familia, Tomás se compromete a preservar la Charrería para la próxima generación, combinando los valores del viejo mundo con el desempeño moderno. Ya sea que esté en la arena, bajo las brillantes luces de Las Vegas o en un rancho tranquilo, Tomás Garcilazo encarna el espíritu de un charro: resistente, orgulloso y profundamente conectado con su herencia. Su historia nos recuerda que con visión y determinación, incluso el sueño más simple puede abrir puertas a oportunidades extraordinarias.

Un hombre y un niño vestidos con el traje tradicional Charro, sosteniendo cuerdas y parados uno al lado del otro. Un hombre y un niño vestidos con el traje tradicional Charro, sosteniendo cuerdas y parados uno al lado del otro.

En 2024, Tomás Garcilazo fue incluido en el Salón de la Fama de los Vaqueros de Texas, un testimonio de su dedicación de toda la vida al arte de la Charrería y su reconocimiento internacional como intérprete. A lo largo de su carrera, Tomas ha obtenido numerosos elogios, incluido el prestigioso premio PRCA Specialty Act of the Year en cuatro ocasiones. Esta incorporación al Salón de la Fama solidifica su legado como orgulloso embajador de la equitación mexicana y resalta su compromiso de preservar su herencia cultural e inspirar a nuevas generaciones de charros.